Por: José Ricardo Santos
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Cómo entiendo la antropologia teológica que está en debate en este conflicto?
Los tatarabuelos de estos campesinos en la zona de Cotui, fueron colocados por Dios en estas tierras mansas e inmensamente productivas. Esta gente han vividos ignorantes del volumen de de riqueza sobre la cual han sufrido su eterna miseria. Esa riqueza casi inusitada cuidada por ellos durante años, ahora frente a los intereses del dios Mamon, los campesinos son considerados basura, obstáculos, seres inferiores, producto sin calidad , deshechos humanos. Dios, dio esas tierras a estos hermanos nuestros y sus exigencias no son locales, son universales. Su dolor y su abandono de nuestra parte es la pérdida de nuestra fe en el Dios de la vida, el Dios inteligente y próximo de Un Tal Jesús. Dejar de lado a estos hermanos es no merecer nuestra condicion de cristiano y sacerdotal.
Por eso, entiendo desde lo más profundo de mi condición de fe sacerdotal, que no se trata de trasladar a estos hermanos de lugar geográfica, se trata de exigir que las riqueza de esas tierras dada por Dios, debe generar calidad de vida total, integrar para todas estas familias demandantes.
El presedente que nuestra fe debe marcar frente a estos hermanos, es que 1492, de cambiar oro por espejo, pertenece al pasado de la historia de esta región, de esta isla.
Dios colocó estas tierras, para que ellos y sus hijos tengan la nobleza de una vida grande y sin fin.
Quedar ausente y de lado frente a este crimen es ausentarnos del grito del Cristo de la cruz, es quedar inhabilitado para decir que el pan y el vino sobre el altar es fruto del trabajo de hombres y mujeres de nuestros campos.
Padre José Ricardo Santos Ramirez, ICABC, República Dominicana.
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